El recorrido de los educadores populares por Luján dejó mucha tela para cortar y analizar. Los escenarios de debate fueron el Bachillerato Popular Carlos Fuentealba y el Instituto de Formación Docente N° 141.

Miércoles y jueves, con un buen marco de estudiantes, los educadores populares disertaron sobre los desafíos a asumir ante la avanzada del modelo económico, social y político neoliberal en latinoamérica y sobre la formación de sujetos que este modelo promueve.

Orlando Nano Balbo nació en Buenos Aires, militó en el Peronismo de Base, y toda su vida se dedicó a la enseñanza. Actualmente es docente jubilado, pero continúa en actividad. Comprometido con los desafíos educativos y la liberación de los oprimidos, el educador popular recorre aulas, centros barriales, sindicatos y organizaciones sociales generando debates sobre educación.

-¿Cómo ves la situación actual de latinoamérica?

-Tenemos que empezar por reconocer que el neoliberalismo ha avanzado en la construcción de hegemonía, no solo cooptando instituciones como puede ser el Gobierno, sino también cooptando el sentido común. Está avanzando a través de los medios en la construcción de un imaginario que le es funcional. Si nosotros no entendemos esto, vamos a seguir construyendo listas electorales mientras ellos construyen hegemonía. O pasamos a construir hegemonía o vuelven a ganar el 2019, con Macri o con quien sea.

-¿Cómo se disputa esa hegemonía?

-En esta situación tenemos que confrontar. No se trata tanto de estar en contra de, tenemos que pasar a estar a favor de algo. ¿Por qué ganó Macri las elecciones? Por muchos factores, uno de esos fue por el apoyo de Estados Unidos. Otro fueron los errores nuestros. Contra el apoyo de Estados Unidos no puedo hacer nada como militante. Donde tengo que trabajar es en los errores que cometí que le asfaltaron el camino para que este señor copara las instituciones.

-Esa tarea parece muy difícil

-Claro, porque en esta situación que vivimos, a la crítica que tenemos que hacerle al neoliberalismo, que se hace desde todos los lugares y que termina siendo ninguno, si no la acompañamos de una propuesta, pierde efectividad. Nos volvemos reaccionarios, reaccionamos frente a las iniciativas del neoliberalismo. El neoliberalismo lanza diez iniciativas, nosotros paramos una y pasaron nueve. El resultado es siempre una suma negativa.

-Ese panorama parece poco alentador

-En esta situación yo soy optimista. Fui un poco negativo en el diagnóstico. Soy optimista porque hay una crisis en las instituciones que generó la modernidad. Hay una crisis en todas las organizaciones que hemos conocido hasta ahora, pero hay un resurgimiento desde nuestro pueblo de nuevas organizaciones sociales. Las mujeres con el pañuelo verde en el cuello han mostrado que este rey esta desnudo cuando lograron que conociéramos los energúmenos que tenemos en las cámaras de diputados y senadores. Eso es un hecho político.

-A esos movimientos pareciera que les falta conducción ¿Quién podría aglutinarlos?

-No se sabe. Pero si me preguntás ¿tiene organización? Si, mucha. Aquel viejo paradigma de que una buena conducción genera una buena organización, acá hizo agua. Acá hay una muy buena organización sin una conducción. Las cooperativas de desocupados, de trabajadores, los bachilleratos populares, son todas nuevas formas de repolitizar la sociedad. Hoy no hay debate político, el debate es un intercambio de chicanas entre un sector y otro. De forma cortoplacista, porque cada dos años hay que votar.

Foto: Julieta Brancatto

Con la asunción de Héctor Cámpora en el 73, Nano fue uno de los coordinadores de la Campaña Nacional de Alfabetización. Programa educativo que esperaba alcanzar a 160 mil personas analfabetas y crear 600 Casas Populares de cultura. Proyecto que quedó trunco con la llegada de Isabel Martínez de Perón a la presidencia.

-¿El objetivo de la derecha es la despolitización de la sociedad?

-Siempre la derecha buscó despolitizar la sociedad y nuestro pueblo siempre le respondió con organización. La dictadura del 76 prohibió los partidos políticos, los sindicatos, intervino las obras sociales, encarceló a todos los dirigentes medios, desapareció, asesinó. Sin embargo, nuestro pueblo generó nuevas instituciones que rearmaron el debate político y entonces la dictadura tuvo que salir a dar elecciones porque podía perder la hegemonía.

-Obligado por los nuevos actores políticos

-En ese contexto aparecieron madres, abuelas, hijos, la lucha por la libertad a los presos políticos, fue una forma de repolitizar la sociedad. Se abrió la democracia para garantizar la despolitización. Porque la excesiva partidización también despolitiza. El partido político tiene que ganar las elecciones entonces no puede dar el debate ampliado, tiene que ser acotado.

-¿Cómo impacta la situación actual en las pequeñas comunidades?

-El objetivo del neoliberalismo es achicar el trabajo asalariado. El salario es un dispositivo muy complejo que creó el capitalismo para poder armonizar la rentabilidad de las empresas con la estabilidad de la sociedad. Al principio fue una institución vergonzosa para los trabajadores. ¿Quien iba al trabajo asalariado? El campesino que se quedaba sin tierra, el artesano que no podía competir con el desarrollo industrial, entonces no les quedaba otra que vender su fuerza de trabajo en una fábrica como un trabajo vergonzante.

-Hasta que comenzaron a organizarse

-Ese fue el efecto no deseado que tuvieron, que al amontonar a los trabajadores avergonzados en un mismo espacio se constituyeron como sujetos políticos. Y empezaron los sindicatos a reivindicar el trabajo asalariado y a conseguir mejoras laborales. Al punto tal que en este país hasta no hace mucho, el que tenía trabajo tenía salud, tenía educación, tenía vivienda. Entonces para el capitalismo de principio de siglo, este capitalismo financiero, el trabajo asalariado ha dejado de ser importante.

-¿Cómo hacen para hacer desaparecer el trabajo asalariado?

-A través de la tecnología que reemplaza al trabajador, a través del ajuste despiadado, y a través de lo que ellos llaman el emprendedurismo. Quieren convertir a los trabajadores en sus propios patrones, que nos explotemos a nosotros mismos, que no nos paguemos obra social, ni horas extras, pero que estemos felices porque no tenemos patrones. Eso es el emprendedurismo, una manera de achicar al máximo el trabajo asalariado. En las pequeñas comunidades, en donde todos nos conocemos, reconstituye el tejido social a partir de lo afectivo, a partir de las experiencias que son estrategias de supervivencia. Empieza a haber un nuevo sujeto social que está alejado de los partidos, de los sindicatos, todas instituciones que empiezan a querer ser cooptadas por la lógica neoliberal.

Nano Balbo junto a su hija luego de una inspección ocular en la delegación de la Policía Federal de Neuquén.

Nano fue secuestrado por el dictadura militar el mismo 24 de marzo de 1976. Fue detenido y torturado por una patota liderada por Raúl Guglielminetti, el agente de inteligencia que llegaría a ser custodio presidencial de Raúl Alfonsín. Nano perdió el sentido del oído como consecuencia de las torturas sufridas.

-¿Cuál es el rol de los dispositivos culturales contrahegemónicos frente a esta avanzada?

-Son experiencias de nuevos sujetos sociales que están generando un cambio de paradigma muy importante dentro de la sociedad. Vamos a tomar de ejemplo el Bachillerato Popular Carlos Fuentealba, en donde ayer tuvimos una experiencia bellísima. Todos estos bachilleratos populares y experiencias alternativas deben tener un cierto cuidado porque se corre un riesgo. El Estado neoliberal no las contradice mientras no afecte el mercado. El neoliberalismo tiene la esperanza de que ese bachillerato popular exima al Estado de la responsabilidad de brindar educación a la gente que ya expulsó.

-El mismo sistema que impide que los adultos se eduquen es quien genera la alternativa ¿cómo no caer en esa trampa?

-La cuestión está en no ser funcionales a eso, sino ocupar el espacio, llevarlo adelante, pero teniendo en cuenta que la que tiene perdurabilidad en el tiempo es la escuela pública. Hay que ver como evitar que se enfrente el bachillerato popular con la escuela pública, y que se trate de una relación de mutuo beneficio. El bachillerato popular puede aportar a la escuela pública todas las innovaciones pedagógicas que viene realizando porque tiene que dar respuestas a problemas asfixiantes.

-Entonces no deberían quedarse como dispositivos alternativos y sí intentar construir hegemonía.

-Exactamente. Que no se convierta en competencia. Porque si yo compito con la escuela pública y me declaro alternativo, soy funcional al achique del Estado. Hay que tener una relación problematizadora, porque la escuela pública me puede dar políticas de institucionalidad. Para que yo, sin perder la creatividad y la libertad pedagógica con la cual estoy trabajando, puedo cooptar la institucionalidad. El Estado no tiene el monopolio de la educación, pero si tiene la obligación de subsidiar a la sociedad que se da su propio proceso educativo.

-¿Cómo aparece allí la dimensión política de la educación?

-Lo fundamental es lo político. Cómo logro una relación, que no tiene porque ser de armonía, porque en la educación si no hay conflicto no hay aprendizaje, conflictiva pero de beneficio mutuo. Ese conflicto si lo convierto en pedagógico, nos vamos a beneficiar ambos.

Nano Balbo junto a estudiantes en la charla debate en el Bachillerato Popular Carlos Fuentealba. Foto: Bachillerato Popular Carlos Fuentealba

Gracias a el obispo Jaime de Nevares, fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, logró abandonar el país y exiliarse en Roma en 1978. Con el regreso de la democracia volvió al país para continuar con su experiencia de educación popular con los pueblos originarios del sur del país.

-¿Cuál es la función que debe cumplir la educación popular en los formadores?

-Cuando decimos educación popular abrimos un debate muy grande. La educación popular no es, sino que está siendo. Tiene un acumulado pedagógico muy importante. Pero si tengo que elegir una práctica de la educación popular es la práctica donde el estudiante sale de la situación de invisibilidad que lo puso el positivismo y el neoliberalismo. Donde el alumno es el que no sabe, y el docente le va a depositar todos los saberes.

-Como si el estudiante fuera un recipiente vacío

-Claro, el estudiante que va a una institución educativa trae un patrimonio cultural que lo tengo que reconocer para que el proceso de educación sea un proceso democrático de negociación cultural. Donde la escuela, depositaria del saber dominante, negocie con la cultura del estudiante. Para hacer educación popular, las consideraciones del sujeto que aprende son el punto de partida y el punto de llegada de cualquier proceso de aprendizaje.

Ante un auditorio colmado Nano compartió sus palabras con estudiantes del ISFD nº 141. Foto: Joaquín Adaro

-¿Cual es el rol del docente en ese proceso?

-El docente no enseña, construye las condiciones de aprendizaje. Tiene información o sabe donde está. No se le puede decir a los chicos qué tienen que pensar, qué idea política defender, pero sí darles las herramientas para que formen su propio criterio. Si yo les digo a los chicos qué idea política defender o a quién tienen que votar los estoy colonizando, con una idea progresista pero colonización al fin. Y si algo le puedo criticar a la escuela pública es su carácter colonizador.

-¿Cuál es la función de esa educación en la sociedad?

-La educación es la practica social evidentemente pedagógica mediante la cual yo puedo mostrar como funciona el mundo o esconder como funciona el mundo. Entonces si la educación es la manera como yo muestro o escondo como funciona el mundo, es una practica eminentemente política.

-¿Cuál es el aporte fundamental de la educación popular para transformar la sociedad actual?

-La educación y sobre todo la educación popular, tiene un doble compromiso social, debe mostrar a sus estudiantes el funcionamiento de este mundo actual. Pero como es un conflicto que se resuelve a futuro, la educación va en pasado, para interpelar el presente, para construir el futuro. Es una concepción de la memoria, la memoria es el pasado que interpela el presente y construye futuro. La memoria es dinámica, es un conflicto a futuro. De ahí se asocia a la educación.

-En ese contexto parece necesaria una renovación educativa y política que transforme la situación actual

-Sin dudas y para ser un militante político en este contexto, tengo que anunciar un mundo nuevo, distinto, un mundo más justo. Con sólo denunciar no nos sirve, tenemos que ser capaces de agregar una enunciación a la protesta y la denuncia. Entonces vamos a ganar mucha eficiencia como maestros, como militantes políticos, como sociedad. Cuando se discuten nombres y apellidos se está despolitizando el debate. Para tener un debate político tengo que debatir propuestas, ideas, pero no personas.

Fuente: https://ladransanchoweb.com.ar/