Desesperado
El ministro de Economía, Luis Caputo, expresó en la primera reunión de su gabinete desde que asumió su cargo en diciembre pasado, su preocupación por la viabilidad del plan económico del presidente Javier Milei debido a la falta de dólares. En ese encuentro, al que asistieron muchos de sus subsecretarios por primera vez, Caputo les solicitó enfáticamente: “Traiganme dólares, si no hay dólares el plan del Presidente no tiene sentido”.
Esta demanda del ministro refleja su preocupación por la falta de reservas en el Banco Central, lo que dificulta la implementación de medidas como la dolarización o la unificación cambiaria. Caputo, quien anteriormente se desempeñó en el Deustche Bank, reconoce que el proceso de estabilización económica no será sostenible sin un respaldo adecuado de divisas. En esto coincide con CFK en la escasez de dólares por la economía bimonetaria aunque no en sus objetivos de acumulación, que en Caputo es financiero y en CFK es distributivo.
La tensión en la relación con los sectores exportadores ha aumentado debido al apuro de Milei por dolarizar la economía. Los exportadores, conscientes de posibles decisiones drásticas, están reacios a liquidar divisas. La especulación sobre la apertura del cepo cambiario ha llevado a algunos sectores a detener las ventas al exterior, esperando una eventual subida del precio del dólar.
La situación se complica aún más por la escasez de dólares disponibles en el Banco Central. Aunque se han realizado recompras de reservas, estas no son suficientes para respaldar una política de dolarización. El Gobierno necesita al menos 14 mil millones de dólares para cumplir con sus compromisos de pago de importaciones y otras obligaciones financieras.
Ante este panorama, Caputo busca acelerar la obtención de divisas mediante la rosca política y otras estrategias. Además, considera que la aprobación de la ley ómnibus y la privatización de empresas estatales podrían proporcionar ingresos adicionales en dólares. Ahora apuesta a la extorsión con los gobernadores para la vuelta de sesiones ordinarias para la aprobación de las ventas de bienes públicos y entrega de recursos naturales.
En última instancia, el ministro alerta sobre las crecientes presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el Gobierno de Milei flexibilice el cepo cambiario o devalúe nuevamente el peso. Estas presiones podrían complicar aún más la situación económica y política del país y vuelve a realizar transferencias de ingresos, mal llamado ajuste, de las clases populares a los sectores financieros y de pago de intereses de deuda.
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