La inteligencia estadounidense sacó a rodar la teoría disparatada de que los atentados fueron montados por «un grupo de sabotaje pro-ucraniano»

La inteligencia estadounidense sacó a rodar la teoría disparatada de que los atentados fueron montados por «un grupo de sabotaje pro-ucraniano»
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Por Christian Cirilli

Mientras ahora Zelenski admite que de caer Bajmut se le abriría a Rusia una variedad de posibilidades de conquista por todo el frente del este, tal como anuncié en el artículo de fecha 5 de marzo, la inteligencia estadounidense sacó a rodar por los cooptados medios europeos y el mismísimo The New York Times la teoría disparatada de que los atentados con explosivos submarinos contra los gasoductos Nord Stream fueron montados por «un grupo de sabotaje pro-ucraniano».

https://www.nytimes.com/…/nord-stream-pipeline-sabotage-ukr…

No solo Estados Unidos se desmarca de su responsabilidad, que había sido señalada con una buena gama de pruebas por el periodista ganador del Pulitzer Seymour Hersh (el mismo que denunciara la matanza de My Lai en Vietnam… con enorme grado de precisión) como así también por el Twitter festejante del ex canciller polaco Radosław Sikorski (casado con la ‘especialista en anticomunismo’ estadounidense Ann Applebaum, ideóloga neoconservadora), sino que es coincidente con la declaración del canciller ruso Serguei Lavrov de que su país no permitirá nunca más que Occidente toque alguno de sus ductos.

Textualmente dijo: «No volveremos a confiar en ningún ‘socio’ de Occidente, no permitiremos que vuelvan a volar gasoductos». Nótese que no dejó ningún ápice de duda en su declaración sobre quiénes fueron los ejecutores. Pura certeza. La declaración fue hace 5 días.

https://seymourhersh.substack.com/p/how-america-took-out-th…

https://actualidad.rt.com/…/459725-lavrov-rusia-occidente-v…

Entonces, ahora y por arte de magia, los servicios estadounidenses filtran a través de sus colaboradores de prensa la estupidez imposible de tragar de que ucranianos o afines a los ucranianos tuvieron la capacidad de planificar y ejecutar una operación naval (o posiblemente aeronaval) de infiltración y voladura de tan alta complejidad, sin que ninguna fuerza de seguridad danesa o sueca los detectara.

Para no levantar tanto la perdiz, encima, sostienen que «no tienen evidencia» de que el presidente Volodimir Zelenski o sus principales lugartenientes estuvieran involucrados en la operación.

Es que el asunto es desmarcarse… pero tampoco tirar tierra al agente subsidiario… que todavía hay ucranianos por sacrificar.

Sin embargo, aunque de vergüenza por lo ridículo, afirman que Ucrania es prácticamente el único país que tiene interés en realizar ese tipo de atentado, como si Joe Biden no lo hubiese expresado a viva voz – en un lapsus linguae bochornoso – en la conferencia conjunta con el canciller Olaf Scholz que tuvo lugar el 7 de febrero de 2022 en Washington y como si el negocio multimillonario del GNL a Europa no fuera un monopolio estadounidense.

El silencio del alemán ante un mandatario extranjero que prometía en su cara destruir la independencia económica y proyección futura de su país, marca a las claras el nivel de genuflexión política de la clase política alemana a los intereses estadounidenses, y confirma que son una zona ocupada desde 1945.

Vean el video donde confiesa lo que luego terminaría haciendo:
https://www.youtube.com/watch?v=0W5dTlfHfQw

En fin, ahora se larga a rodar esta versión descabellada. La primero que viene a la mente es qué trama Estados Unidos además de intentar quitarse cualquier responsabilidad.

Evidentemente no está haciendo un esfuerzo por no incomodar a sus aliados europeos. Nunca les importó demasiado su reacción, porque Biden le anunció al principal beneficiario del gas natural que iba a arruinar su industria mediante un «corte», así que no creo que le importe demasiado las formas sutiles, pues saben que «no están ante iguales» sino ante «vasallos». (recuerden el «fuck EU!» de Victoria Nuland…)

La intención, entonces, podría ser culpar de todo a los ucranianos. Y eso supone ir dejándolos solos ante Rusia.

Lo más normal hubiese sido que Estados Unidos «haga entender» sin reconocerlo que fueron ellos, como una forma de demostrar que pueden realizar actos osados sin temor a las consecuencias. Pero ahora le achacan el pato a los ucranianos o a «grupos afines» a ellos, y desconocen todo tipo de cooperación o involucramiento.

Rápido de reflejos, Mykhailo Podolyak, asesor principal del Volodimir Zelensky, publicó en Twitter que Ucrania «no tiene nada que ver con el percance del Mar Báltico», agregando que no tenía información sobre los «grupos de sabotaje» pro-ucranianos.

En este cuento del «Gran Bonete» (¿yo señor? ¡No señor! ¿Pues entonces quien lo tiene?) los estadounidenses dicen no tener nada que ver, los daneses, noruegos y suecos – muy probables cómplices – miran para otro lado, los alemanes callan y miran cabizbajos, rehenes de su cobardía, y los ucranianos, ahora parecen ser los únicos culpables, aunque es evidente que no tienen la capacidad para realizar ese tipo de misiones y mucho menos en el territorio nacional de sus «socios».

Al respecto, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova sostuvo con mucho raciocinio: «Me pregunto quién permite que tales filtraciones llenen el espacio informativo. La respuesta: quienes no quieren llevar a cabo una investigación en un ámbito legal, y van a desviar la atención del público de los hechos de todas las formas posibles».


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