La Batalla Cultural

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Así es, la vieja zoncera de “alpargatas sí, libros no” con la que el gorilaje siempre atacó al peronismo para indignar al mediopelaje.

Un hermoso 22 de noviembre como hoy, pero del año 1949, el gobierno nacional-popular del General Perón decretó la supresión de los aranceles universitarios, lo que en la práctica significó la gratuidad de la educación universitaria, una cosita que existe en muy pocos países del mundo además del nuestro.

Sí, porque el sentido común suele creer ―equivocadamente, como siempre, por eso es sentido común y no buen sentido― que la educación universitaria gratuita es un hecho universal que toda la humanidad disfruta. Y no, no es así. En los más bellos “países serios” del mal llamado “primer mundo” hay que pagar y muy caro para recibir educación superior, empezando por el modelo, por el desiderátum de nuestro medio pelo cipayo: los Estados Unidos de Norteamérica, el país que no tiene nombre.

Lo que los argentinos disfrutamos gracias a la iniciativa de la “dictadura populista” de Perón es un derecho de los pueblos, por cierto, y podrán aducir que Perón no hizo más que su obligación al tornar la educación universitaria gratuita. Puede ser, pero dado el hecho de que en otros países del mundo no hacen sus obligaciones y la educación superior sigue siendo un bien de consumo y una herramienta de reproducción de clase social (los hijos de los ricos estudian para ser ricos, los pobres no estudian para seguir siendo pobres), es gracias a Perón que los pueblos en Argentina tenemos más bien un privilegio.

De modo que “alpargatas sí, libros no” para definir el peronismo es una enorme zoncera. En realidad, el modelo nacional-popular se define mejor como “alpargatas sí, libros también”, mientras que el modelo que el gorilaje quiere imponer e impone en la actualidad es de “alpargatas no y libros tampoco”.

Las cosas en su lugar y llamadas por su nombre. Le damos las gracias a Perón, pues hemos llegado a acceder a la educación superior únicamente a partir del decreto de 1949. Si fuera por nuestro origen social, deberíamos estar lavando los platos y bien calladitos, que es como los gorilas quieren que estemos.

La única verdad es la realidad.

Gracias, General.

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