Fulanos de Nadie
Inician las tareas para determinar la existencia de enterramientos clandestinos en Campo de Mayo
Un avión despegará desde la Base Aérea de Morón, este lunes 18 de enero a las 9:30, cargado con un equipo de escaneo terrestre y tendrá la misión de sobrevolar las casi cinco mil hectáreas de Campo de Mayo y aquella zona anexa conocida como “Plaza de Aguas”. La información que se recopile, sumado a los datos que se logren recolectar, pasarán a ser material de análisis para el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), que prestará asistencia técnica.
El comienzo de este proceso de investigación responde a la información y a los testimonios brindados por sobrevivientes en el marco de las audiencias de la Megacausa Campo de Mayo (que se desarrolla en el Tribunal Oral Federal N°1 de San Martín); y es a su vez el fruto del trabajo coordinado y mancomunado entre el Juzgado Federal N°2 en lo Criminal y Correccional de San Martín (a cargo de la jueza Alicia Vence), la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el Ministerio de Defensa y Abuelas de Plaza de Mayo.
Una vez iniciado este procedimiento, comenzará a desarrollarse un plan de trabajo constituido por dos etapas. En primer lugar se procederá a realizar un análisis sobre la superficie del terreno dónde funcionó el ex Centro Clandestino de Detención El Campito”, que consta de aproximadamente unas diez hectáreas, y en segundo término se ejecutará un relevamiento de la totalidad de la unidad militar conocida como Campo de Mayo. También será estudiado un terreno anexo, conocido como Plaza de Agua que había sido vendido en el año 1978.
¿Cómo funcionaba Campo de Mayo durante la última dictadura?
Este predio contaba con una ubicación estratégica durante el desarrollo de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, ya que le permitía ser el centro del eje que organizaba y operaba las tareas represivas en lo que se conocía como la “Zona IV”. Esta misma estaba compuesta por los municipios de la zona norte de GBA, Zárate-Campana y Tres de Febrero; además de contar con nueve comisarías locales en su circuito del terror, Campo de Mayo alojaba dentro de sí a cuatro Centros Clandestinos de Detención: “Las Casitas”, “El Campito”, la Prisión Militar y el Hospital Militar, que a su vez este último contó con una maternidad clandestina que fue parte del sistema de robo y apropiación de bebes.
Por este lugar pasaron casi cinco mil victimas (así es, aproximadamente la misma cantidad que pasaron por la hoy ex ESMA); personas detenidas en operativos y que eran llevadas allí (ya en un contexto de clandestinidad) donde pasaban a vivir el horror en carne propia, sufriendo las peores torturas. Solamente 43 personas lograron sobrevivir, dejando en claro que ahí se produjeron las más criminales y aberrantes practicas contra el ser humano.
“Las Casitas” era el lugar elegido por el grupo de Inteligencia para realizar los interrogatorios a los detenidos que llegaban luego de ser “chupados” en los operativos realizados por las patotas. La Prisión Militar de los Encausados, sitio donde actualmente se encuentran encarcelados genocidas por causas de lesa humanidad, fue el lugar al que enviaban a los prisioneros y presos políticos entre los años 1976 y 1980. El Hospital Militar de Campo de Mayo, como mencionamos anteriormente, funcionó como uno de los centros donde se realizaban los partos de aquellas prisioneras embarazadas y esos bebés luego eran entregados a otras familias del ámbito militar. Esto es una prueba fundamental de que también se llevó adelante un plan sistemático de apropiación de niños y niñas, que mediante la supresión de su verdadera identidad eran arrancados del seno familiar real. Al final de este repaso tenemos al lugar conocido como “El Campito”, señalizado como ex Centro Clandestino de Detención en septiembre 2019, fue “una fábrica del miedo para la detención ilegal, tortura y desaparición sistemática de personas” y funcionó entre 1976 y 1979 como bien explican los miembros del equipo conjunto de investigadores de las universidades nacionales de General Sarmiento y San Martín en el trabajo “Centros Clandestinos: de su desaparición a su reconstrucción virtual”.
