Bastiat y las bestias

Bastiat y las bestias
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No simplifiquemos: los espacios políticos, económicos y filosóficos del neoliberalismo periférico son amplios. Por esa razón, en Argentina, hay una cantidad importante de opiniones que caracterizan al actual gobierno nacional como “populista”, “keynesiano”, e incluso “socialista”. Sorprende, y asusta. ¿Cuánto más neoliberal puede ser el macrismo? Aún más: ¿Hay signos de liberalismo puro, básico, en algunas medidas del gobierno?

Como introducción al tema del liberalismo puro, básico, me permito contar algo que me llama mucho la atención: leo en los diarios, veo en la televisión y escucho en la radio,reiteradamente, a un par deeconomistas argentinos que se reivindican discípulos de Claude Frédéric Bastiat y Milton Friedman. Estos economistas mediáticos del ejemplo no son parte del gobierno. Tampoco no importan sus nombres. Ellos escriben largos textos, hablan largos minutos, pontifican donde puedenuna serie de ideas simples, que llaman liberalismo. Lo hacen presentando una extraña habilidad: nunca tocan el tema de la producción de bienes, del trabajo, del comercio y el consumo. Lo suyo es el Banco Central, la emisión, la deuda, el valor de la moneda, los intereses.Esta es la parte del neoliberal Friedman.

También hablan pestes del keynesismo y del Estado de Bienestar. Esta es la parte del liberal Bastiat.

Es llamativa la alta exposición e intensa presencia de estos economistas, mitad liberales, mitad, neoliberales. Nada es sin razón.Al traerlos de ejemplo, encuentro la finalidad de entender cierto correlato práctico del accionar e interés de aquellos que en el 2018 rinden homenajean los señores de referencia más arriba citados, aunque no lo hayan leído, lo hacen solo por bestialidad.

Para empezar, y si sirviera para algo, encasillemos a Bastiat como un “pulidor” (1) en el siglo XIX del pensamiento liberal proveniente del siglo XVIII; y a Friedman como el fundador del neoliberalismo en el siglo XX.Para explicarlo a éste último, basta adjudicarle el mérito de haber inspirado las políticas económicas de Chile y Argentina en las dictaduras de Pinochet y Videla respectivamente; como también las políticas económicas inglesa y norteamericana de Teacher y Reagan.

En cambio, Bastiat, es más desconocido. Pero también, a decir verdad, su pensamiento está muy presente:en apogeo y en ascenso.

Claude Frédéric Bastiat (1801 – 1850) fue un economista, polemista y legislador francés; gran divulgador del liberalismo. Su obra más conocida es un librejo de poco más de treinta páginas, llamado “La Ley”. Con una sorprendente simplificación, pues no recurre a ningún recurso fáctico, ni casos, ni estadísticas, lanza algunas pocas afirmaciones que se constituyen el basamento de su ideología. Es casi un credo.

En primer lugar Bastiat propone un cierto orden. Recalca bien que ese orden es preexistente a la Ley, en el cual el hombre se hace cargo de la vida para su transformación, y de la apropiación para sí de los resultados obtenidos de esa transformación. No es claro, no lo nombra, pero habla de los bienes naturales. Dice que la vida “(…) no se mantiene por sí misma. Aquel (Dios) que nos la ha dado, ha dejado a cargo nuestro el cuidado de mantenerla, desarrollarla y perfeccionarla”. Y eso lo podemos hacer porque estamos dotados por “un conjunto de facultades maravillosas”. Así, aplicando nuestras facultades transformamos y apropiamos.

En este credo pareciera que somos todos iguales en esta misión. De ese proceso, sin mediar contextos, ni historia, el hombre posee “personalidad, libertad, y propiedad”. Ese hombre, no está identificado por Bastiat que rol cumple, pero se puede inferir que es en realidad el capitalista. Por lo tanto, ese proceso de libre transformación y apropiación resultante es el resultado de una cantidad importante de trabajo que hacen otros tantos hombres, pero que cuentan con una infinita menor libertad para elegir su destino.

Bastiat llega rápidamente al concepto de Propiedad. Y allí se quedará, explicando que todo lo malo que ocurre en el mundo, incluso la Ley, la mala Ley, es para que unos le quiten de manera inmerecida la propiedad a otros.Afirma el francés: La Ley solo debe es “la organización colectiva del derecho individual de legítima defensa”, por lo tanto se debe centrar en defender la personalidad, la libertad y la propiedad de las personas. Todo lo demás, no debe legislarse.

Pero este autor, se lamenta de su realidad: la sociedad se va organizando en proyectos colectivos, los ve como totalitarios a todos, socialistas o nacionalistas, que ponen la fuerza colectiva “(…) al servicio de quienes quieranexplotar, sin riesgo y sin escrúpulos, la persona, la libertad o la propiedad ajenas; haconvertido la expoliación, para protegerla, en derecho y la legítima defensa encrimen, para castigarla”. En esa lógica, los explotados no deben acudir a la Ley para defenderse, pues ello ataca la libertad del transformador y apropiador

Finalmente llega al punto central que permite a los liberales bastardear cualquier política compensatoria de las desigualdades. Lo llama “expoliación legal”.En un párrafo memorable, Bastiat, enumera ejemplos de expoliación legal:

“Ahora bien, la expoliación legal puede ejercitarse en una multitud, infinita de maneras; de ahí la infinita multitud de planes de organización: tarifas, proteccionismos, primas, subvenciones, fomentos, impuestos progresivos, instrucción gratuita, derecho al trabajo, derecho a la ganancia, derecho al salario, derecho a la asistencia, derecho a los instrumentos de trabajo, gratuidad del crédito, etc. Y es el conjunto de todos aquellos planes, en lo que tienen de común que es la expoliación legal”.

El pensamiento de Bastiat, es bestial. No le gusta nada compartir la apropiación obtenida, menos contribuir con los explotados y / o el resto de la sociedad. Tampoco cree en algún tipo derrame. A esto lo llama libertad. Un conjunto de sentimientos muy primarios, egoístas, insolidarios, pero también irresponsables, son el sustento de su doctrina. Hoy recordada, la doctrina de Bastiat está esperando irrumpir como una nueva política de Estado.

Mi encuentro con los escritos y pensamientos de Bastiat viene de las investigaciones para mi reciente libro “Tozuda Industria Nacional. Estudio técnico de cuatro casos entre 1776 y 1910” (CICCUS 2017). Ese encuentro ocurre en el capítulo dedicado a Vicente L. Casares (1844 – 1910) y su recordada empresa láctea, La Martona.

Vicente L. Casares, fue fundador de la primera lechería industrial de la Argentina, “La Martona”. Integró producción de vacas lecheras, creando la raza Holando – Argentina, organizando tambos para proveerse de materia prima, montó una moderna usina con tecnología importada, y diseminó una importante cantidad de locales comerciales para proveer leche fresca cerca de los consumidores. Todo apoyado con una logística inédita para la Buenos Aires de finales del siglo XIX.

Haciendo una semblanza sobre Vicente L., su hijo interpreta a su padre a través de las lecturas de Bastiat y afirma que creía en el mérito de la tarea individual, pero puesta al servicio de la sociedad, donde los hombres debían “tener una concepción heroica de la vida”. Afirma que el pionero de la industria láctea había dominado la pereza, los temores, las rivalidades, y se había impuesto sin ostentaciones; viviendo sin pensar en el dinero, ni la gloria; y sobre todo, sacando provecho de las adversidades.

A su vejez, aquel hijo de Vicente L., Miguel F., realiza una extensa recopilación de los antecedentes y desarrollo de La Martona en un libro que se llama “Vidas Consagradas”. En ese trabajo expresa un pensamiento político, quizás más propio de él que el de su padre. Según relata su hijo Miguel, Vicente L. tenía una nutrida biblioteca personal en la estancia y entre los que señala una selección de lecturas que a su entender le influyeron, y da como ejemplo,casi exclusivo, los libros del muy liberal Bastiat.

Miguel F. es parco con el recuerdo del entorno del pensamiento proteccionista que apañó a los orígenes de La Martona, el mismo industrialista Pellegrini – inseparable amigo y socio de Vicente L. – es apenas señalado como miembro del Directorio. Miguel F. cree más en el pensamiento de Bastiat, en aquello de que la personalidad, la libertad y la propiedad, son lo que definen al Hombre, y por lo tanto la Ley debe protegerlos. No es función de los gobiernos, del Estado, regular esos atributos, sino protegerlos.

Si es verdad entonces, como lo supongo yo, dado el hincapié sobre la existencia de esos libros en la biblioteca paterna, quien leyó atentamente a Bastiat, no fue Vicente L. un probado proteccionista, sino sus dos hijos: Vicente R. y Miguel. L. Los problemas de La Martona con los controles del Estado, y la acción sindical, son un buen indicio para afirmarlo. Esto viene a explicar las dificultades comprensivas del contexto y la realidad político social de la Argentina que se dieron en varios momentos de la vida de La Martona post Vicente L. Muerto el fundador en 1910, asume la empresa Vicente Rufino, quien la conduce hasta 1957. Nótese, que Vicente R. era el segundo hermano, pues la mayor de los hermanos era Marta, la mismísima “Martona”, según su apodo (1). Al fallecer, Vicente R. asume Miguel Florencio y conduce “La Martona” hasta 1975, año en que él muere.

Una de esas dificultadas señaladas más arriba fue la controversia de la empresa en 1915 contra la voluntad del Gobierno de la Ciudad para legislar la pasteurización de la leche mediante una tecnología llamada de enfriado lento cuando La Martona había adoptado la tecnología de enfriado rápido. Llega a decir Miguel. F:

“El fijar normas tecnológicas por leyes o por ordenanzas municipales, resulta por lo dicho – que no es el único ejemplo – la forma eficaz de amainar los impulsos del progreso”.

Bien pudo haber dicho La Martona que el Estado no estaba en condiciones de evaluar tecnologías, dado su falta de recursos técnicos para hacerlo, cosa que era absolutamente cierta. Pero no: cuestiona la eficacia de fijar normas al Capital, “amaina el progreso” dirá. Se deduce que la idea es que el Capital puede bien, solo, sin control.

La otra dificultad, es la posterior llegada del peronismo al poder. Esto sumará más crisis ideológicas entre La Martona y la realidad. En este caso, los temas laborales y gremiales, así como la regulación de las actividades y los precios serán tratados drásticamente por el Directorio presidido por Miguel. F. Casares. Hablan de autoritarismo y de disposiciones demagógicas de gobierno. Desde 1945, hasta 1947, La Martona se desprendió del control directo de sus sucursales. Tenía 166, cerró 27, y el resto se vendió a otras firmas o se alquiló a licenciatarios. Se desprendió de 700 empleados. Desde ese momento, La Martona, solo vendió lácteos de manera mayorista.

Dejemos atrás el pasado. Hoy, Bastiat y sus ideas bestiales sobreviven. Solo centrándonos en esas dos que se evidenciaron en La Martona, en las primeras décadas del siglo XX: los controles del Estado, y el desenvolvimiento colectivo de los trabajadores asalariados, como sindicatos.

Los economistas mediáticos que cité más arriba, que difunden a Bastiat, son también académicos: dan clases, se toman el trabajo de escribir y divulgar las ideas del liberalismo según aquel francés. Son bestiales por la vía de la lectura y la razón.

En cambio, los empresarios que hoy detentan el gobierno en Argentina, parece que llegan a Bastiat por el conjunto de sentimientos primarios, egoístas, insolidarios e irresponsables. No necesitan leerlo, ellos son el hombre que describe Bastiat. Son bestiales por aquel orden preexistente a la Ley.

Si quisiéramos ser contundentes sobre la repulsa que le crea al actual gobierno de CEOS, la tarea de los controles, cualquiera sea su tipo, sobre la actividad privada, podemos hablar de Fly Bondi.

Si quisiéramos ser contundentes sobre la repulsa que le crea al actual gobierno, la tarea de los sindicatos, cualquiera sean éstos, podemos hablar de la suspensión de las paritarias nacionales docentes.

Son ejemplos sueltos. Casi al azar. Pero Bastiat y las bestias, contra los controles del Estado y la repulsa a los sindicatos, encontró en el 2018 un lugar perfecto: el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, el INTI.

La repulsa sindical de las actuales autoridades del INTI, se inicia ya en el 2016 y explota en el 2018. En el primer suceso que lo evidenció fue su actitud posterior a las elecciones de Junta Interna y delegados por sector en diciembre del 2016. Las mismas, habían contado con la homologación del Ministerio de Trabajo, pero poco tiempo después el Ministerio de Modernización consideró que los 67 delegados elegidos eran muchos y que tenían que ser 25. Ante la negativa de ATE Nacional y ATE Capital, fue el Ministerio el que eligió a los primeros 25 que aparecían en el acta de proclamación y desconoció al resto. Ante ello, las autoridades se adecuaron a esa situación, aún ante la evidencia que dicho Ministerio no tiene atribuciones para semejante atropello.

Luego vino el bloqueo de las cuentas institucionales de correo electrónico de los más de 70 delegados que conforman la Junta Interna y el Cuerpo de Delegados de ATE – INTI, cortando las vías de comunicación entre representantes y representados.

Otra acción de esta índole, fueron los descuentos por paro a los miembros de Junta Interna y delegados de sector, a pesar de su permanencia dentro del Instituto y la tutela legal que los ampara.

Finalmente llegan los 258 despidos del 26 de enero del 2018. Entre ellos están los cuarenta delegados impugnados por Modernización pero que gozan de la tutela prevista en la Ley 23.551 de Asociaciones Sindicales, y una cantidad relevante de activistas sindicales. Sin embargo, a la hora de justificar esos despidos, desde las autoridades del INTI, se los caracteriza como “malos trabajadores”. No se atrevieron a decir que se los echaba por pensar distinto.

La repulsa de las autoridades al rol sobre los controles del INTI, se inicia con el decreto 960/2017, de Simplificación del Sistema Métrico Legal Argentino y siguió con dos de las ideas centrales del Master Plan de Tecnalia: desarmar los Centros del INTI y orientar al Instituto hacia la agenda de la Unión Europea.

El decreto de Simplificación del Sistema Métrico Legal Argentino, pretende agilizar el sistema de mediciones, los controles:”(…) a fin de seguir cuidando al consumidor, pero sin generar trabas innecesarias, se permitirá que la Secretaría de Comercio habilite a otros laboratorios públicos (de universidades, por ejemplo) o privados para realizar los estudios”. De este modo la imparcialidad entre los privados que producen y los que consumen que garantiza el INTI como Estado, se abandona.

Si además, la agenda de La Unión Europea se mete en el Master Plan del INTI, significa que los controles para salida de productos argentinos (la producción agrícola, por ejemplo) será más rigurosa para proteger a los productores europeos; y que los controles de entrada de manufacturas europeas al país, será más laxos, para perjuicio de la industria nacional. En esa dirección, el desguace de los Centros de I+D del INTI, evita que el dominio temático sea la fortaleza del sistema. La propuesta del control hecho por privados y separado de la investigación, lo transforma un simple trámite administrativo, fácil de sortear por derecha o por izquierda. Los controles del Estado ya no serán una herramienta, parte del sistema de desarrollo industrial, que eleva los estándares de competitividad industrial del país, vía conocimiento tecnológico.

En resumen

La persecución ideológica, la negación de la representación sindical, la destrucción de las organizaciones sindicales, son medidas de gobierno bestiales.

La desregulación y puesta en manos privadas de los sistemas de controles de mercancías que pueden implicar riesgo para la población, por un lado, y destrucción de la industria nacional por el otro, son también medidas de gobierno bestiales.

Argentina 2018, Claude Frédéric Bastiat y las bestias están aquí. Predican por fuera del gobierno, pero también van encontrando su lugar allí.

Notas:

Digo “pulidor” en el sentido de quitarle cualquier contenido excesivo, explicativo, justificador.
Evidentemente, en esa familia, no estaba aceptado que las mujeres dirigieran negocios y empresas.

Fuente: http://visionpais.com.ar/

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