“Por las escuelas, por nuestros pibes, por Sandra y Rubén estamos acá. Para que escuchen los que gobiernan y no pase nunca más”, cantaban los docentes y las familias que no dejaban de llegar a la puerta de la escuela. “La música siempre está”, se podía leer en una gran bandera que recordaba a Sandra y Rubén, en especial por el apoyo de la vicedirectora con el programa de Orquestas juveniles que funcionaba los sábados.
Los compañeros de los trabajadores fallecidos hicieron una intervención artística frente a la multitud. “Sandra y Rubén los vamos a recordar con lo mejor que hacían. La dire divertida y el portero payaso siempre presentes. Los vamos a extrañar”, decía la carta que un chico pegó en la puerta de la escuela. “Esta es la marcha de la dignidad docente, es interminable. Estamos de pie para honrar la vida de Sandra y Rubén”, dice una docente sorprendida por la concurrencia masiva.